Existe un gran malentendido en relación a la figura del rey de Turquía. En realidad, no hay un rey en Turquía. El sistema de gobierno en Turquía funciona bajo una república presidencialista. Desde el cambio constitucional en 2018, el jefe de Estado en Turquía es el presidente.
El actual presidente de Turquía es Recep Tayyip Erdogan, quien ha ejercido este cargo desde 2014 y fue reelegido en 2018. Erdogan es conocido por ser un político controversia, siendo elogiado por algunos y criticado por otros por sus políticas en el país.
Anteriormente, el papel de jefe de estado era desempeñado por el Presidente de la República de Turquía, quien era elegido por el parlamento y cumplía un papel representativo simbólico. El último presidente de la República fue Abdullah Gül, quien ejerció de 2007 a 2014.
En resumen, no existe un rey en Turquía, sino un presidente. La figura del rey es propia de un sistema monárquico, mientras que la República de Turquía adopta un sistema presidencialista. El actual presidente de Turquía es Recep Tayyip Erdogan, quien ostenta el máximo poder ejecutivo en el país.
El rey de los turcos es un título que ha sido utilizado a lo largo de la historia por distintos gobernantes otomanos y turcos. El primer líder en recibir este título fue Osman I, el fundador del Imperio Otomano, quien lo utilizó por primera vez en el siglo XIII.
Desde entonces, distintos líderes otomanos y turcos han sido designados como el rey de los turcos, incluyendo a Suleiman el Magnífico, considerado uno de los más grandes líderes otomanos de la historia, y a Mustafa Kemal Atatürk, padre de la moderna Turquía.
Aunque el título de rey de los turcos ya no se utiliza en la actualidad, sigue siendo un reconocimiento histórico de la importancia y poder de los líderes turcos en el pasado. Actualmente, el líder de Turquía es el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien ha estado en el poder desde 2014.
El último sultán de Turquía, Mehmed VI, gobernó durante el período de transición en Turquía, desde la caída del Imperio Otomano hasta la creación de una república moderna. Mehmed VI fue coronado sultán en 1918, cuando el Imperio Otomano estaba al borde del colapso debido a su participación en la Primera Guerra Mundial.
Con el final de la guerra y la derrota de Turquía, Mehmed VI fue obligado a abdicar en favor del líder del movimiento nacional turco, Mustafa Kemal Atatürk. Después de su abdicación, Mehmed VI vivió brevemente en el exilio en Europa antes de regresar a Turquía. En 1926, el gobierno turco anuló la ley que permitía a la familia otomana gobernar y Mehmed VI fue exiliado permanentemente.
Mehmed VI pasó el resto de su vida en el exilio, principalmente en Sanremo, Italia, donde murió en 1926. Aunque su reinado fue breve e interrumpido por la Primera Guerra Mundial y la Revolución Turca, Mehmed VI permanece como una figura importante en la historia turca por su papel en la caída del Imperio Otomano y el comienzo de una nueva era en Turquía.
Los reyes de Turquía no existen, ya que Turquía es una república desde 1923 después de la abolición del Imperio Otomano. Tampoco existe la figura del monarca en la Constitución de la República de Turquía.
Sin embargo, en la historia de Turquía existió el Imperio Otomano, que fue gobernado por diferentes sultanes. El primer sultán fue Osman I, quien fundó el Imperio Otomano en 1299. Después de él, hubo otros sultanes como Mehmed II, conocido como el Conquistador, quien conquistó Constantinopla y estableció la capital del Imperio en Estambul.
También estuvo Suleiman el Magnífico, quien gobernó el Imperio Otomano durante 46 años y expandió considerablemente su territorio. Entre otros sultanes destacados, se encuentran Murad I, Murad II y Mehmed IV.
En resumen, aunque Turquía no tiene reyes actualmente, en su historia ha tenido sultanes y líderes destacados, cuyos nombres son importantes para conocer la historia del país.
Después de la muerte del sultán Suleiman, sus hijos comenzaron una lucha por el poder en el imperio otomano.
Mustafá, el hijo mayor y designado heredero, fue depuesto y ejecutado por su hermanastro Selim, quien se convirtió en el nuevo sultán.
Ahmed, otro de los hijos de Suleiman, también intentó arrebatar el trono a Selim pero fracasó en su intento de golpe de Estado y terminó siendo exiliado.
Finalmente, Mehmed III, otro de los hijos del sultán, logró derrocar a Selim y convertirse en el nuevo sultán otomano, manteniendo el poder en la familia de Suleiman.