Durante la Guerra Fría, Irán se vio inmerso en una compleja situación política y social. En primer lugar, el país estableció relaciones cercanas con Estados Unidos, gracias a la política del presidente Shah Mohammed Reza Pahlevi, quien buscaba consolidar una nación moderna y poderosa en el Medio Oriente. Esta política incluyó una serie de reformas económicas y sociales que mejoraron la calidad de vida de la población iraní.
Sin embargo, estas relaciones con Estados Unidos también generaron tensiones en la región, especialmente con la Unión Soviética. En este contexto, Irán se convirtió en una pieza clave en la estrategia norteamericana para contener el avance comunista en el Medio Oriente. En concreto, Estados Unidos utilizó a Irán como una base militar para llevar a cabo operaciones encubiertas en Afganistán y Pakistán.
No obstante, estas políticas provocaron descontento entre la población iraní, que se vio afectada por la pobreza y la falta de derechos políticos. Además, la influencia de la política exterior norteamericana en Irán provocó divisiones en el gobierno y en la sociedad en general. Esto llevó a una situación de inestabilidad que fue aprovechada por los grupos islamistas radicales, encabezados por el ayatolá Ruholá Jomeini.
Finalmente, la Revolución Islámica de 1979 marcó un antes y un después en la historia de Irán y en las relaciones internacionales en la región. Con ella, comenzó un periodo de crisis en el que se produjeron enfrentamientos entre los grupos islámicos y las fuerzas armadas iraníes, así como tensiones con países vecinos, especialmente con Irak. Además, Irán se alejó de Estados Unidos y estableció una política de no-alineamiento en el marco de la Guerra Fría.
En definitiva, la Guerra Fría tuvo un gran impacto en la historia de Irán, generando una serie de tensiones y desafíos que marcaron el desarrollo político y social del país en las décadas siguientes.
Irán, situado en el Medio Oriente, ha estado involucrado en varios conflictos a lo largo de los años. Uno de los principales conflictos es el enfrentamiento con los Estados Unidos que se ha intensificado en los últimos tiempos debido a las diferencias en torno al control nuclear. Irán ha sido acusado por los Estados Unidos y otros países de desarrollar armas nucleares, lo que ha llevado a sanciones internacionales y presiones económicas.
Otro de los conflictos clave de Irán es su relación con Israel. Irán ha sido fuertemente crítico de la política israelí hacia los palestinos y ha expresado su apoyo a los grupos que luchan contra la ocupación israelí. Esto ha llevado a una continua tensión entre los dos países, y el liderazgo iraní ha amenazado en varias ocasiones a Israel.
Además, en el interior de Irán ha habido luchas de poder entre facciones políticas y diferentes grupos étnicos y religiosos. Los kurdos, los baluchis y los azerbaiyanos iraníes han buscado más autonomía y derechos políticos, mientras que los reformistas y conservadores han tenido conflictos internos en torno a las políticas nacionales y religiosas.
Pero tal vez el conflicto más sangriento que ha afectado a Irán sea la guerra en Siria. Irán, junto con Rusia, ha apoyado al presidente sirio Bashar al-Assad, mientras que países como los Estados Unidos han apoyado a los rebeldes sirios. Esta guerra ha creado tensiones regionales y ha provocado la llegada de millones de refugiados a los países vecinos.
En 1941 sucedió un hecho histórico en Irán, el país fue ocupado por las fuerzas británicas y soviéticas. Esta operación se llevó a cabo con el objetivo de proteger los campos petroleros y asegurar la ruta de suministro de armas y provisiones para la Segunda Guerra Mundial.
El Sha de Irán, Reza Shah, estaba en el poder en ese momento. A pesar de que Irán se declaró neutral en la guerra, el gobierno se inclinaba hacia el Eje, liderado por Alemania. Las potencias aliadas temían que la posición neutral de Irán se inclinara hacia los alemanes y por lo tanto, decidieron intervenir.
Las fuerzas británicas y soviéticas ocuparon el país en agosto de 1941. De esta manera, Irán pasó a ser un territorio estratégico para la guerra. La intervención de las fuerzas aliadas obligó al Sha a renunciar al trono, y en su lugar, el hijo de 21 años, Mohammad Reza Pahlavi, se convirtió en el nuevo Sha.
La intervención de las fuerzas británicas y soviéticas dejó una gran huella en la sociedad iraní. Después de la Segunda Guerra Mundial, se produjo una ola de movimientos nacionalistas en todo el país. Muchos iraníes se sentían oprimidos y afectados por la intervención extranjera. El nuevo Sha, Mohammad Reza Pahlavi, trató de frenar estas fuerzas nacionalistas, pero finalmente fue derrocado en 1979 en la Revolución Islámica.
A pesar de que la intervención de las fuerzas aliadas en 1941 fue crucial para la victoria de los aliados, también dejó un legado de conflicto y tensión en Irán, que se sintió a lo largo de muchos años posteriores.
En la década de los 80, Irán experimentó uno de los momentos más críticos de su historia. En primer lugar, cabe destacar la Revolución Islámica que tuvo lugar en 1979, bajo el liderazgo del Ayatolá Khomeini. Esta Revolución supuso un cambio radical en el sistema político del país, pasando de una monarquía a una república islámica.
No obstante, la llegada del régimen islámico no estuvo exenta de conflictos, y una de las principales consecuencias fue la guerra con Irak que comenzó en 1980 y que duró ocho años. La guerra fue especialmente sangrienta y dolorosa, dejando un saldo de más de un millón de muertos y heridos, así como graves daños materiales en ambas naciones.
Otro de los hechos más significativos que tuvo lugar en la década de los 80 fue el escándalo Irán-Contra. Este escándalo salió a la luz en 1986 y consistía en la venta ilegal de armas estadounidenses a Irán a cambio de la liberación de rehenes estadounidenses en Líbano y el posterior envío de dinero para financiar la contra nicaragüense. El escándalo conllevó la dimisión de varios altos cargos y puso en evidencia la política exterior de Estados Unidos en relación con la guerra Irán-Irak.
En definitiva, la década de los 80 fue un período de grandes cambios, conflictos y desafíos para Irán, que marcaron su historia y su futuro. La Revolución Islámica, la Guerra con Irak y el escándalo Irán-Contra son solo algunos ejemplos de lo acontecido en aquellos tiempos turbulentos.
La nacionalización del petróleo en Irán fue un hecho histórico que ocurrió en el año 1951. La decisión fue tomada por el entonces primer ministro de Irán, Mohammad Mossadegh, quien lideró el movimiento nacionalista en el país.
Mossadegh consideró que el petróleo era un recurso natural que pertenecía al pueblo iraní y no a los extranjeros. El petróleo estaba en manos de compañías británicas y estadounidenses, quienes explotaban el recurso sin dar beneficios justos al país y a su pueblo. Con la nacionalización, el Estado iraní tomó control total de los recursos de petróleo y gas.
La medida fue vista como una amenaza por las compañías extranjeras, especialmente Reino Unido, quien había controlado el petróleo en Irán desde principios del siglo XX. En represalia, Reino Unido impuso un embargo comercial y financiero sobre Irán. El embargo afectó seriamente la economía del país, y llevó a que se producirán protestas populares.
En 1953, EE. UU. y Reino Unido orquestaron un golpe de estado contra Mossadegh, quien fue depuesto y encarcelado. El sucesor de Mossadegh, el Shah de Irán, restauró el control extranjero del petróleo y permitió la entrada de compañías petroleras internacionales. La nacionalización del petróleo en Irán fue un momento clave para el surgimiento del nacionalismo en el mundo árabe y fue un tema central en las relaciones entre Irán y los países extranjeros durante décadas.