La península de Crimea es una región ubicada al sur de Ucrania que ha sido objeto de controversia en los últimos años. En el año 2014, Rusia anexó Crimea luego de un referéndum polémico en el cual la mayoría de la población votó a favor de unirse a Rusia. Esto generó una fuerte tensión entre Ucrania y Rusia, así como con varios países occidentales que condenaron la anexión como una violación del derecho internacional.
El origen de esta crisis se remonta a la caída del gobierno ucraniano en el año 2013, cuando el entonces presidente, Viktor Yanukovych, fue derrocado luego de fuertes protestas en favor de una mayor integración de Ucrania con la Unión Europea. Yanukovych abandonó el país y se refugió en Rusia, lo que generó una gran inestabilidad política en Ucrania.
Aprovechando esta situación, Rusia inició una intervención militar en la península de Crimea, desplegando tropas y tomando el control de importantes instalaciones estratégicas como puertos y bases militares. Posteriormente, se llevó a cabo un referéndum en el que la población de Crimea votó a favor de unirse a Rusia. Sin embargo, este referéndum fue considerado ilegal por Ucrania y gran parte de la comunidad internacional.
A raíz de la anexión de Crimea, Ucrania perdió el control de esta región, lo que generó un conflicto armado en el este del país. Las tensiones entre Ucrania y Rusia se intensificaron, y se acusó a Rusia de apoyar a los grupos separatistas en el este de Ucrania. Esto llevó a la imposición de sanciones económicas por parte de la Unión Europea y Estados Unidos contra Rusia.
Actualmente, la situación en Crimea sigue siendo tensa y la península se encuentra bajo el control de Rusia. Ucrania y gran parte de la comunidad internacional no reconocen la anexión y consideran a Crimea como territorio ucraniano ocupado. Además, el conflicto en el este de Ucrania ha dejado miles de muertos y una crisis humanitaria que todavía no ha sido resuelta.