El 11 de septiembre del 2001 fue un día fatídico para los Estados Unidos, en el cual se perpetró un ataque terrorista sin precedentes contra el país. Un grupo de terroristas islámicos decidieron llevar a cabo una serie de ataques suicidas contra los objetivos más emblemáticos de los Estados Unidos.
Entre los objetivos se encontraba el World Trade Center en Nueva York, que consistía en dos torres enormes de 110 pisos cada una, el Pentagon en Washington D.C., y un cuarto avión comercial que finalmente se estrelló en Pennsylvania debido a la oposición de los pasajeros. El resultado fue devastador: dos de las torres del World Trade Center fueron destruidas, el Pentágono sufrió daños significativos y más de 3,000 personas murieron en los ataques.
El evento conmocionó al mundo entero y cambió la forma en que se percibía la seguridad nacional en los Estados Unidos. El país entró en guerra contra el terrorismo y los esfuerzos por desmantelar grupos terroristas islámicos se intensificaron en todo el mundo.