La Nueva Francia fue un vasto territorio que comprendía gran parte de lo que hoy en día son Canadá y la región central de Estados Unidos, colonizado por los franceses desde el siglo XVII hasta el siglo XVIII. La colonización de la Nueva Francia comenzó en 1604, cuando un grupo de exploradores franceses llegó a la costa de Acadia, en la actual Canadá.
La Nueva Francia se caracterizó por su economía basada en la explotación de recursos naturales, la pesca, el comercio de pieles y la agricultura. Los franceses establecieron relaciones comerciales con los nativos americanos, lo que les permitió expandir su territorio y crear un vasto imperio comercial en Norteamérica.
La Nueva Francia también se caracterizó por su influencia cultural y religiosa. Los franceses introdujeron el catolicismo en la región y establecieron una sociedad feudal, donde los nobles eran los dueños de la tierra y los campesinos trabajaban para ellos. Además, los franceses promovieron la educación y fundaron escuelas y universidades en las principales ciudades de la colonia, como Quebec y Montreal.
A pesar de su influencia cultural y económica, la Nueva Francia comenzó a decaer en el siglo XVIII, debido a la creciente competencia de los ingleses y al declive de la economía comercial de la colonia. En 1763, después de haber perdido la Guerra de los Siete Años contra los ingleses, los franceses cedieron la Nueva Francia a Gran Bretaña, poniendo fin a más de un siglo de colonización francesa en la región.