El arte por el arte es una corriente artística que se caracteriza por buscar la belleza y crear obras con un sentido estético exclusivamente, sin tener en cuenta su utilidad o propósito final.
Esta tendencia surge en el siglo XIX como una respuesta al movimiento artístico anterior, el cual tenía como principal objetivo plasmar la realidad social y política de la época. El arte por el arte busca romper con este propósito, ya que considera que el arte debe ser un medio para expresar emociones y sensaciones.
Las obras de arte que siguen esta corriente se caracterizan por ser autónomas, es decir, que no están sujetas a ningún otro fin más que al disfrute estético del espectador. Además, presentan una elevada carga simbólica y subjetiva, por lo que su interpretación puede variar según las percepciones de cada persona.
Otra de las características principales de el arte por el arte es la importancia que se le da a la técnica y a la originalidad. Los artistas que siguen esta tendencia buscan constantemente innovar en su forma de representar y experimentar con nuevas técnicas y materiales.
En resumen, el arte por el arte es una corriente artística que se enfoca exclusivamente en la belleza y la creatividad, sin tener en cuenta ningún otro propósito. Sus obras son autónomas, simbólicas y subjetivas, y están marcadas por la innovación y la originalidad en la técnica.
En el contexto del modernismo, arte por el arte se refiere a la idea de que el arte debe existir por sí mismo, alejado de cualquier propósito social o político. Esta corriente artística se caracterizó por la valoración de la belleza y la elegancia, y la evasión de la realidad cotidiana.
En el movimiento modernista, el arte no se debe subordinar a ninguna finalidad que no sea la de expresar la creatividad y la libertad individual del artista. Así, el arte es un fin en sí mismo, y no un medio para transmitir ideas o mensajes. Esta concepción rompe con el arte como instrumento de propaganda utilizado por regímenes políticos y religiosos.
El concepto de arte por el arte tuvo una gran influencia en la literatura, la pintura, la escultura y la arquitectura del modernismo. Los artistas modernistas rechazaban la imitación de la naturaleza y la realidad, y creaban obras abstractas y subjetivas, que rompían con las convenciones estéticas anteriores. De esta manera, el arte por el arte se estableció como un valor independentista y desinteresado, apreciado por su originalidad y su estética plena.
El arte por el arte se refiere a la idea de que el arte es un fin en sí mismo y solo debe ser juzgado por sus propios méritos estéticos y formales. No tiene una función práctica o moral más allá de existir como una obra de arte. El arte por el arte es una corriente que se desarrolló en el siglo XIX, y fue principalmente defendida por los simbolistas y los decadentistas.
En contraposición, el arte comprometido o arte social se refiere a obras de arte que tienen un mensaje político o social y que buscan comunicar algún tipo de crítica social o cambio. El arte comprometido ha existido desde la antigüedad, pero tomó la forma moderna que conocemos en el siglo XX gracias a artistas como Diego Rivera y Frida Kahlo con su arte mexicano o Pablo Picasso con su famoso Guernica.
El arte comprometido no se preocupa tanto por la estética de la obra, sino más bien por el mensaje que quiere transmitir. Este tipo de arte ha sido utilizado para protestar contra la opresión, el racismo, la guerra y muchos otros problemas en todo el mundo.
En conclusión,
el arte por el arte y el arte comprometido son dos corrientes opuestas en el mundo del arte. El arte por el arte cree en la belleza y la estética como un fin en sí mismas, mientras que el arte comprometido es más preocupado por la comunicación del mensaje político o social. Ambos tipos de arte son valiosos y tienen su lugar en el mundo del arte, y muchas veces se influencian mutuamente para crear obras únicas y significativas.El arte por el arte se caracteriza por ser una corriente artística que tiene como principal objetivo la creación de obras sin una finalidad concreta más allá de la propia creación artística. Esta corriente surge en el siglo XIX como una reacción contra las tendencias artísticas que buscaban una finalidad utilitaria o moral en las obras.
Una de las características más destacadas del arte por el arte es que se considera a sí mismo como una forma de expresión totalmente libre y autónoma. Esto significa que el artista tiene total libertad para crear y experimentar sin restricciones ni presiones externas.
Otra característica clave del arte por el arte es que se centra en el valor estético de las obras. Es decir, que se busca crear obras que sean armónicas, equilibradas y bellos en sí mismos. El valor estético se convierte en la única finalidad y fin en sí mismo.
Además, el arte por el arte tiende a ser una corriente artística elitista, reservada para aquellos que tienen un alto nivel cultural y educativo. Busca alejarse de la cultura popular y del arte que se orienta hacia un público masivo.
En resumen, el arte por el arte se caracteriza por ser una corriente artística que busca la creación de obras totalmente libres y autónomas, centradas en el valor estético y alejadas del arte con una finalidad utilitaria o moral. Además, es una corriente artística elitista, reservada para aquellos con un alto nivel cultural y educativo.
No se puede hablar sobre la famosa frase "El arte por el arte" sin mencionar la corriente estética conocida como el "art pour l'art". Esta filosofía aboga por la creación artística sin ningún tipo de propósito o finalidad más allá de la belleza misma.
La idea de que el arte debe ser un subproducto de la "búsqueda de la verdad" o la moralidad ha sido objeto de debate en el mundo del arte durante siglos.
Uno de los defensores más conocidos del "El arte por el arte" es Théophile Gautier, un poeta y crítico de arte francés del siglo XIX. Él argumentaba que el arte debía crearse por su propia belleza, sin depender de ningún propósito práctico o moral.
La estética del "art pour l'art" no solo se ha aplicado al mundo de la poesía y la literatura, sino también a las artes plásticas. El impresionismo, por ejemplo, se caracteriza por su énfasis en la representación visual de la belleza y la impresión subjetiva, sin preocuparse por la moralidad o el propósito funcional.
En contraste con la teoría del "El arte por la arte", se encuentra el movimiento del "arte comprometido". Este enfoque artístico se preocupa más por la función social del arte y busca involucrar al espectador en problemas políticos y sociales a través de la obra de arte.
Sin embargo, la idea de que el arte debe ser puramente un fin en sí mismo sigue siendo un punto de vista popular en la actualidad. Muchos artistas continúan trabajando bajo la filosofía del "art pour l'art" y creen que la belleza es suficiente como objetivo creativo en sí misma.