En el siglo XIX, Brasil y Colombia tenían una disputa territorial sobre la región del río Amazonas. En 1858, bajo la presidencia de José María Obando, Colombia y Brasil firmaron el Tratado de límites que establecía la frontera entre ambos países.
Sin embargo, en 1900, Brasil inició un proceso de ocupación del territorio conocido como la Trapecio Amazónico, que se encontraba al noroeste de la línea fronteriza acordada en el tratado de 1858. Brasil argumentaba que los ríos que conformaban el trapecio eran afluentes del Amazonas, por lo que este territorio debería ser brasileño.
Colombia intentó negociar una solución pacífica con Brasil, pero en 1907 las conversaciones se rompieron. Como resultado, Brasil ocupó militarmente la región en 1910 y Colombia reconoció la posesión brasileña en 1928, en el Tratado de Río de Janeiro.
El trapecio amazónico tenía una superficie de aproximadamente 283.000 kilómetros cuadrados, pero es importante destacar que este territorio no estaba habitado por colombianos. Por lo tanto, aunque Brasil sí le quitó parte del territorio a Colombia, no hubo desplazamientos ni conflictos sociales.
Brasil es uno de los países más grandes y poderosos de Sudamérica, y ha tenido una historia de conflictos y disputas territoriales con muchos de sus vecinos. Uno de estos conflictos fue con Colombia, a quien Brasil le quitó algunos territorios en el siglo XIX.
En 1822, Brasil se separó de Portugal y se convirtió en un país independiente. Posteriormente, comenzó una política expansionista hacia el interior del continente sudamericano, a través de la cual buscaba aumentar su territorio y poder. En este proceso, se enfrentó con varios países, incluyendo Colombia.
Uno de los territorios que Brasil le quitó a Colombia fue la región de la Guayana Esequiba, una vasta área rica en recursos naturales como petróleo, gas y oro. Esta región fue reclamada por ambos países, pero en 1899 un tribunal internacional decidió darle la soberanía a Gran Bretaña, quien controlaba la zona desde hacía tiempo. En 1966, Gran Bretaña cedió el territorio a Guyana, pero Venezuela y, como consecuencia, Brasil, no reconocen esta medida y reclaman la Guayana Esequiba como propia.
Otro territorio que Brasil le quitó a Colombia fue la región de Tabatinga, una pequeña ciudad que se encuentra en la frontera entre ambos países. En 1903, Colombia perdió este territorio cuando firmó el Tratado de Leticia con Brasil, en el que cedía la soberanía sobre esta región a cambio de algunas concesiones económicas.
En resumen, Brasil le quitó a Colombia dos territorios importantes en el siglo XIX: la Guayana Esequiba y Tabatinga. Aunque estos conflictos territoriales han quedado en el pasado, el tema sigue siendo motivo de controversia y tensión entre ambos países hasta el día de hoy.
En 1850, la frontera entre Brasil y Colombia era muy difusa. Después de la independencia de Brasil en 1822, el país comenzó a expandirse hacia el oeste y se enfrentó a varios conflictos fronterizos con sus países vecinos. Uno de los disputados territorios era el que hoy conocemos como la región del Amazonas. En esa época, la frontera entre Brasil y Colombia no estaba claramente definida.
Para resolver esta situación, Brasil firmó el Tratado de Límites con Colombia en 1907. El tratado establecía una línea fronteriza que otorgaba gran parte del territorio en disputa a Colombia y una pequeña porción al norte del río Amazonas a Brasil. Sin embargo, en la década de 1920, Brasil comenzó a revisar los términos del acuerdo por presiones económicas y políticas internas. Brasil quería asegurarse el control del río Amazonas, que en ese momento era la principal ruta fluvial para transportar mercancías.
En 1928, Brasil y Colombia firmaron un nuevo acuerdo conocido como el Tratado Granado-Suárez. Este tratado modificó significativamente los límites fronterizos y le dio a Brasil gran parte del territorio de la región del Amazonas que había sido otorgado a Colombia en 1907. Además, el tratado incluía una cláusula que permitía una revisión en caso de nuevas negociaciones.
Este cambio en los límites fronterizos fue muy controvertido en Colombia y se consideró una traición a la patria. Desde entonces, Colombia ha mantenido una posición firme en defensa de su soberanía y ha presionado por negociaciones para recuperar el territorio perdido.
La pérdida de territorio con Brasil fue un tema clave en la historia de ambos países. En 1750 se firmó el Tratado de Madrid que establecía los límites entre las colonias portuguesas y españolas en América del Sur. Sin embargo, este acuerdo no logró definir claramente las fronteras entre Brasil y Uruguay.
En 1851, Brasil se anexó una franja de territorio que se extendía desde el río Cuareim hasta el río Negro, lo que provocó una disputa entre ambos países. En 1856, se firmó el Tratado de Paz y Amistad que establecía una nueva línea fronteriza, pero esta vez Brasil obtuvo la mayor parte de la región.
En 1872, se firmó el Tratado de Límites entre Brasil y Uruguay, que establecía la frontera actual y definía la posesión de algunas islas en el río Uruguay. Como resultado, Uruguay perdió una gran parte de su territorio al este del río Cuareim, incluyendo la ciudad de Rivera, que se convirtió en una ciudad fronteriza.
A pesar de las pérdidas territoriales, Uruguay y Brasil mantienen una relación de amistad y cooperación en diferentes áreas, incluyendo la económica y cultural. A pesar de todo, la historia de estas disputas territoriales entre países vecinos sigue siendo uno de los aspectos más importantes de la historia del continente sudamericano.
La disputa territorial entre Colombia y Venezuela ha sido un tema recurrente en la historia de ambos países. En el siglo XIX, el conflicto se centró en la región de Guajira, donde ambos países reclamaban la soberanía. Después de varias negociaciones, en el Tratado de Coche de 1895, Venezuela cedió a Colombia el territorio al este del río Calabozo, que incluía la península de Guajira.
En el siglo XX, el conflicto territorial se reinició cuando Colombia estableció la Comisaría del Guainía en 1931, incorporando el territorio que Venezuela reclamaba como suyo. La situación se agravó en la década de 1960, cuando la construcción de la represa del Almirante Ayarza por Colombia inundó una zona de Venezuela y se intensificaron las tensiones entre ambos países.
En 1982, se firmó el Tratado de Límites Marítimos entre Colombia y Venezuela, que establecía la delimitación marítima en el Golfo de Venezuela, pero no resolvía el conflicto territorial en la región del Esequibo. En 2011, Venezuela anunció que no renovaría el tratado y se retiró de la Comisión Mixta de Cooperación Pesquera, alegando que Colombia estaba explotando de manera ilegal los recursos pesqueros en aguas venezolanas.
A pesar de las tensiones territoriales, ambos países han mantenido relaciones diplomáticas y comerciales. En 2019, las importaciones y exportaciones entre Colombia y Venezuela alcanzaron los 260 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Cámara de Comercio Colombo-Venezolana. Sin embargo, la situación política y económica en Venezuela ha afectado significativamente las relaciones comerciales entre ambos países en los últimos años.
En conclusión, Colombia y Venezuela han tenido una disputa territorial a lo largo de la historia, con tensiones que se han intensificado en ciertos momentos. Aunque se han buscado soluciones a través de tratados y acuerdos, el conflicto en la región del Esequibo continúa sin resolverse. A pesar de ello, ambos países mantienen relaciones diplomáticas y comerciales en la actualidad. Es importante continuar trabajando en la búsqueda de soluciones a los conflictos territoriales, para mantener una convivencia pacífica entre los países de la región.