Moscú es la capital de Rusia y es considerada una de las ciudades más importantes del mundo. Pero, ¿cómo se fundó esta metrópolis? La historia de Moscú se remonta al siglo XII, cuando la tribu Eslava de los Vyatichi fundó un pueblo en la colina de Borovitsky.
Con el pasar del tiempo, el territorio moscovita se convirtió en un centro político y económico para los príncipes rusos. En el año 1156, el príncipe Yuri Dolgoruky construyó una fortaleza de madera en el lugar donde hoy se encuentra el Kremlin de Moscú.
En el siglo XIV, el Príncipe Iván I Kalita unificó las tierras moscovitas y se convirtió en el gobernante más poderoso de la región. Con su liderazgo, Moscú se convirtió en la capital del estado ruso, un estatus que se mantuvo hasta la Fundación de San Petersburgo en 1703.
Desde entonces, Moscú ha sobrevivido a numerosos incendios, invasiones y guerras, pero ha logrado mantener su estatus como una ciudad clave en la política, cultura y economía de Rusia y del mundo.
Moscú es una de las ciudades más antiguas y fascinantes de Europa. La ciudad ha sido el epicentro político y cultural de Rusia durante siglos y ha presenciado algunos de los momentos más importantes de la historia rusa.
Se cree que Moscú fue fundada en el año 1147 por Yuri Dolgoruky, un príncipe ruso de la dinastía Rurik. Dolgoruky construyó el Kremlin de Moscú, la fortaleza que se convirtió en el centro político de la ciudad.
Durante los siglos XIII y XIV, la ciudad creció lentamente y se convirtió en un centro importante del comercio y la cultura rusa. Pero fue en el siglo XV cuando Moscú comenzó a adquirir su forma actual y se convirtió en la capital de Rusia.
La principal construcción que dio forma a Moscú en el siglo XV fue la Catedral de la Asunción, situada en el Kremlin. La catedral fue construida por el Gran Príncipe Ivan III, quien también construyó la muralla del Kremlin y varias otras iglesias y palacios.
Desde entonces, Moscú ha sido escenario de numerosas transformaciones urbanas y arquitectónicas que han dejado su huella en la ciudad. La construcción del Metro de Moscú, por ejemplo, es un ejemplo de la importancia que se ha dado a la infraestructura en la ciudad.
Hoy en día, Moscú es una ciudad vibrante cuya historia y arquitectura hacen de ella uno de los destinos turísticos más populares de Europa. La ciudad ha sido testigo de guerras, revoluciones y cambios políticos, pero ha sobrevivido y prosperado gracias a su gente y a los líderes que la han construido y reconstruido a lo largo de los siglos.
Moscú, la capital de Rusia, es una ciudad con una larga historia. ¿Pero cuándo se origino?
La ciudad fue fundada por el príncipe Yuri Dolgoruki en el año 1147. Moscú comenzó como un pequeño asentamiento en la colina Borovitsky, en la orilla del río Moskva. A medida que la ciudad creció, se expandió más allá de sus límites originales, expandiéndose por las orillas del río Moskva.
A lo largo de los siglos, Moscú se convirtió en un importante centro cultural, político y económico. En el siglo XIV, Moscú se convirtió en la capital del Gran Ducado de Moscú, y durante el siglo XVII, se convirtió en la capital del zarismo ruso. Moscú también jugó un papel clave en la Revolución Rusa y en la Segunda Guerra Mundial, siendo el lugar donde Stalin lideró al país durante la guerra.
Hoy en día, Moscú es una ciudad vibrante y moderna, llena de atracciones turísticas y una rica cultura histórica. Con más de 12 millones de habitantes, es una de las ciudades más grandes de Europa y sigue siendo el centro político y económico de Rusia.
Antes de la era cristiana, el territorio que hoy conocemos como Rusia era llamado de diversas maneras, según la región y la época. Entre los siglos V a.C. y III d.C., había varias tribus eslavas que habitaban esta zona, como los venedos, los eslovenos y los eslavos orientales. Ellos no tenían un nombre unificado para su territorio, sino que lo llamaban simplemente "tierra eslava".
Sin embargo, a partir del siglo III d.C., comienza a aparecer una entidad política unificada en el norte de Europa, conocida como el reino ostrogodo. Este reino incluía a gran parte de los territorios eslavos, y su capital era la ciudad de Kiev. A partir de entonces, comienzan a aparecer documentos y registros que mencionan a esta región como "Rus'", que significa "los hombres del este".
En algunos escritos griegos de la época, se menciona a los habitantes de esta región como "ros" o "rosy". Se cree que este término se utilizaba como un genérico para referirse a diversos grupos étnicos que habitaban en la zona, y que posteriormente se adaptó para denominar a la entidad política que surgió en la Edad Media. Así, a partir del siglo IX, se comenzó a hablar del "principado de Kiev", también conocido como "Rus de Kiev". Este estado fue el precursor de la Rusia actual, y es considerado uno de los primeros estados modernos de Europa.
En resumen, antes de la era cristiana, el territorio que hoy conocemos como Rusia no tenía un nombre unificado entre sus tribus eslavas. A partir del siglo III d.C., comenzó a aparecer el término "Rus'" para referirse a esta región, que posteriormente evolucionó hasta convertirse en el "principado de Kiev" y, posteriormente, en la Rusia actual.
Rusia surgió en la Edad Media como un país muy diferente de lo que es hoy en día. En su forma original, el territorio de lo que hoy es la Federación de Rusia era el hogar de varias tribus eslavas orientales. A medida que estas tribus se expandían lentamente hacia el este, se encontraban con una serie de grupos étnicos diferentes, incluidos los turcos, los mogoles y los finlandeses.
La formación de Rusia se atribuye en gran medida al príncipe Rurik, quien llegó del norte de Europa con sus seguidores vikingos en el siglo IX. Estableció la ciudad de Nóvgorod y se convirtió en el líder de los eslavos orientales. Su feudo creció con los años y durante el siglo X, sus herederos fundaron otras ciudades importantes, como Kiev. La dinastía de Rurik se convirtió en la dinastía real de los eslavos orientales y la Rus de Kiev se convirtió en un estado poderoso.
Con el paso del tiempo, la Rus de Kiev se fragmentó en pequeños estados feudales enfrentados entre sí. Durante la Edad Media, varios países europeos intentaron invadir y conquistar Rusia, incluidos los suecos, los polacos y los lituanos. Finalmente, en el siglo XVIII, la Rusia moderna tomó forma cuando el zar Pedro el Grande lideró una transformación radical del país, modernizando la economía y expandiendo el territorio del país a las áreas periféricas.